Cambios, cambios.

El primer cambio que sufrí fue el de casa, hace tanto tiempo que no escribo que no había contado eso, tuve que cambiarme de hogar y regresar con mi papás. De lo más difícil que me ha pasado es que no encuentro un lugar donde estudiar, en el depa pues estaba bien tranquis,  así que podía leer sin ningún ruido a excepción de la voz tan fuerte de mi vecina cubana.

¿En qué semestre voy? yo ya ni sé, he perdido el rumbo, originalmente debería de ir en séptimo. Llevó materias de cuarto, quinto y creo sexto ahora sólo metí las que se acomodaron en mi horario ni recuerdo de que semestre son; en estas dos semanas de clases  poder estudiar ha sido muy complicado, lo bueno en la "nueva"casa hay: copias baratas, la tienda está cerca y lo más importante: el refrigerador siempre tiene comida, no cervezas.

Las clases que tomó los jueves son: América Colonial II, América siglos XIX y XX e Historia Contemporánea II. Continuo con un mal hábito: llegar tarde, ayer en avenida universidad había mucho tráfico estoy considerando y pensando que lo mejor es: metro copilco y caminar. Aparte de que iba a entrar tarde a clase necesitaba un libro para presentar como fuente primaria para la primer materia que mencioné, lo bueno es que si estuvo, lo malo fue que después de subir muchas escaleras recordé que mi condición física no es mala, es malisima.

La torre de humanidades I está a la entrada de la facultad, el salón esta al final del primer pasillo, comúnmente si uno llega tarde se sienta en el primer asiento que esté cerca. ¡Oh sorpresa! abro la puerta y ni una silla vacía había unas al final y al fondo del salón, pues ahí me tienen pasando enfrente y encima -literal- de unas compañeras por que todas las bancas están bien pegadas, trate de agarrar la onda de lo que hablaban porque el texto de esta semana estuvo en inglés, de por si hay unas lecturas que son complicadas en inglés un poco peor. Al terminar la clase me dedique a perseguir al maestro, quería asegurarme que la fuente cumpliera con lo que el quiere para trabajo final, afortunadamente fue un sí.

La siguiente clase es América siglos XIX y XX, el miércoles encontré un lugar donde estudiar sólo que no imprimí la lectura, estuve leyendo en la computadora pero los textos de economía me dan mucho sueño, total que sólo leí 10 de 25 páginas, al otro día (jueves) pude imprimir y estuve leyendo, analizando los datos, etc. Total que pensé: hoy si voy a participar si el maestro pregunta sobre que nos pareció la lectura, llegué al salón, la mayoría de mis compañeros estaban afuera pero como no les hablo pues me metí, el maestro tardo unos minutos en llegar, yo bien contenta con mis pensamientos en la lectura de esa sesión que a pesar que es algo complicado lo había leído, Nos suelta la pregunta ¿Qué les pareció? Hoy veremos a Paul Garner. ¿Qué? ¿Garner? ¿Por qué? Y otro compañero pensó lo mismo ya que le comentó: es que en el programa viene otra, en la plataforma otra y ya no supe cual era. Y pos yo... yo leí otra. Al menos en la discusión de la lectura de Garner se mencionó un poco de lo que yo leí. Al terminar la clase también seguí a mi maestro pero para que me diera su correo y me mande el programa correcto, el día que leo y no es la lectura No es de Dios.

Historia Contemporánea II tendré que preguntar que vieron ya que no me quedé ayer mi hermana me invitó al Cirque du Soleil.

Los leo luego, tengo que leer.
  

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