¡Gracias!
Gracias, gracias, gracias, a Dios, a la vida, al universo por todo lo que ha sucedido en el último año, una vez una amiga me dijo que agradeciera por todo, lo bueno, lo malo. El año pasado como les conté me pidieron el local en donde estaba ubicado el negocio, ese hecho me permitió en el semestre que paso inscribir seis materias y aprobarlas todas, además de inscribirme en una especialidad en Arte Sacro.
Este 2017 voy a ir los martes, jueves y viernes. Si tuviera el negocio ¡ni pensar asistir! Hoy me toco ver a una compañera con la que compartí materias el semestre pasado, dos clases juntas con quien poder chismear o de perdis poder voltear y comentar algo. Después pude ir a comprarme unos churros de chile que venden en el aeropuerto del segundo piso que están deliciosos.
De pronto recordé que había un coloquio organizado por una de mis profesoras favoritas, corrí en busca del Aula "A", pude alcanzar dos ponencias, una de ellas se me hizo bastante interesante, creo que me inscribiré con ese profesor en Didáctica de la Historia, pude saludar de lejos a mi profesora Elena Anzures.
Posteriormente corrí pero detrás del profesor de la materia de Teoría Económica Contemporánea pero por que no recordaba que salón era, no quería meterme al aula equivocada. Nos dijo de que se trataría el curso y la forma de evaluar, hasta ahorita sólo una de todas las materias que cursare me demandara más tiempo.
A la salida paso el pumabus vacío (gracias, el martes iba literal hasta el gorro), al llegar al anden y caminar a la parte de adelante tuve una sorpresa: ¡La maestra Anzures! tuve la oportunidad de compartir casi todo el trayecto del viaje de regreso a casa con la profesora, fue una plática tan agradable, le pude agradecer por toda su retro alimentación durante el año que curse con ella. Gracias, gracias por la oportunidad de haber sido su alumna, de poder asistir ahora tres días a la semana a CU, el sábado a la otra escuela, poder compartir otro semestre con mis queridos compañeros, por que me pidieran el local. Gracias.
Este 2017 voy a ir los martes, jueves y viernes. Si tuviera el negocio ¡ni pensar asistir! Hoy me toco ver a una compañera con la que compartí materias el semestre pasado, dos clases juntas con quien poder chismear o de perdis poder voltear y comentar algo. Después pude ir a comprarme unos churros de chile que venden en el aeropuerto del segundo piso que están deliciosos.
De pronto recordé que había un coloquio organizado por una de mis profesoras favoritas, corrí en busca del Aula "A", pude alcanzar dos ponencias, una de ellas se me hizo bastante interesante, creo que me inscribiré con ese profesor en Didáctica de la Historia, pude saludar de lejos a mi profesora Elena Anzures.
Posteriormente corrí pero detrás del profesor de la materia de Teoría Económica Contemporánea pero por que no recordaba que salón era, no quería meterme al aula equivocada. Nos dijo de que se trataría el curso y la forma de evaluar, hasta ahorita sólo una de todas las materias que cursare me demandara más tiempo.
A la salida paso el pumabus vacío (gracias, el martes iba literal hasta el gorro), al llegar al anden y caminar a la parte de adelante tuve una sorpresa: ¡La maestra Anzures! tuve la oportunidad de compartir casi todo el trayecto del viaje de regreso a casa con la profesora, fue una plática tan agradable, le pude agradecer por toda su retro alimentación durante el año que curse con ella. Gracias, gracias por la oportunidad de haber sido su alumna, de poder asistir ahora tres días a la semana a CU, el sábado a la otra escuela, poder compartir otro semestre con mis queridos compañeros, por que me pidieran el local. Gracias.
Me gusta aquello de agradecer lo bueno y también lo malo. Ejemplos en la vida cotidiana, como el tuyo, hay miles y sin embargo aun seguimos con los ojos cerrados. ¡qué padre haberte conocido!
ResponderEliminar¡Pepe!Gracias por leerme :) es muy padre el haber coincidido. Sin duda han sido unos años maravillosos estos de la carrera.
ResponderEliminar