2do día: El tajín

      Nosotros los ñoños, yo encajaría perfecto aquí sólo que me falta estudiar más jejeje, había otro grupo que no se paro o no los vimos ni en Papantla, ni en la alberca, el hotel en el que nos quedamos tenía alberca, yo recuerdo que en algún cuentito de Garfield decía que la grasa flota así que pensé: si me meto no me ahogo. Flotare.

    La cita era a las 8:30 am listos en el camión, ya con maletas arriba, Ely me salvo de morir de hambre, ya que la noche anterior compró un tamal de más para el desayuno, yo llevaba una dotación de barras para el hambre y bueno por que iba muy bruja. Nosotros ademas de ya estar listos a la hora llevábamos la comida lista, formamos un gran grupo Ish, Ely, Jorge y yo, tratamos de estar mas tarde para no vernos mas ñoños de lo que somos, en esto de irte de practica, viajar lejos de la rutina diaria hizo que se me olvidara que día era: Domingo al llegar a Tajín, saque mi credencial y vi que nadie la revisaba, los domingos es entrada libre.

    Ya no se si no conseguí lugar o que pero me senté, mas bien acosté en el pastito, como el calor estaba de lo mas horrible me lleve un suéter delgado para no quitármelo y  no quemarme mas de lo que ya estoy, empezó la ubicación geográfica del tajin: Aquí no saben a ciencia cierta si estuvieron los huastecos o los totonacas, no se puede asegurar, los ríos que están cerca son (y que me acuerdo) el río Tecolutla, también nos explicaron de las fuentes historicas, pero no encuentro mis apuntes sólo recuerdo que había un Vivanco, y eso por que es el apellido de Christian.

Jorge y Ely posando para la cámara

    Después de las explicaciones el profesor Eladio nos fue explicando que las piedras con las que están formadas las pirámides sufren cierto desgaste o porosidad por eso se ven como hundidas, claro no todas están así,  el sol ya estaba mas que infernal, quemando pero yo resistía con el suéter y el sombrero folclórico y lentes a juego.


    De aquí nos movimos a donde se encuentra el juego de pelota, pero yo no vi para nada por donde entraría la pelota, bueno no le encontré forma aquí Ale y Manu expusieron, yo estaba peleandome con el suéter por que ya no aguantaba tanto calor, solo baje el bloqueador solar, no el agua.



     La señora que se ve ahí sentada se nos pego desde la entrada y ahí estuvo escuchando cada una de las exposiciones, aunque dicen las malas lenguas que nos abandono por que fue en busca del "tohueyo"  esa leyenda búsquenla  por que yo de tanta risa que tuve no recuerdo bien como contarla.

     Después siguieron explicando los diferentes relieves, que tenían  que ver con lo del juego de pelota, pero yo sentía que moría: de calor, sed, insolación así que me dedique a deambular por el juego de pelota, ademas de repartir bloqueador a diestra y siniestra, al menos unos cinco compañeros los salve de quedar adoloridos de lo quedar adoloridos por quemarse.



    Seguimos recorriendo toda la zona cerca casi de la 1:00, 1:30 yo ya no sabía si quedarme en algún punto, seguir caminando o echarme en el pasto, por fin llegamos a donde según recuerdo vivía la élite gobernante, aquí me acosté en el pasto, de tan cansada que estaba creo que dormite, pensé a los que piensan que las practicas de campo son super padres y divertidas no han ido al tajin con el profesor Eladio, que estaba tan fresco como una lechuga y con una energía que yo le envidiaba, pensaba que ya se terminaría la visita y no, caminamos hacia otro lugar donde había otro basamento, en esto de subir a las habitaciones, tomarnos la foto del recuerdo e ir al último lugar de la visita se nos perdió la mitad del grupo, entre ellos mi profesor Hugo,  (de haber sabido me pierdo con ellos) ya no aguantaba y mas la sed. Cuando estábamos en la explicación final vi que había mucha gente reunida en una parte posterior, que me acerco y vendían: naranjas, agua, jicama. ¡Ahhhhh! Me sentí como si estuviera en el desierto y hubiera hallado un oasis, compre una bolsa de naranjas al sentir el jugo de la naranja fui tan feliz, que pensé no importa si falta mas, ya tengo mis naranjas.


     Lo malo es que el maestro no pensó lo mismo y dijo: Vamonos, que nos espera Quiahuixtlan, a la salida de la zona nos encontramos a los que andaban perdidos, mis naranjas volaron y creo que por la alegría con las que se las comieron sintieron lo mismo que yo. Ya para irnos, el camión no lo encontrábamos, faltaban unos, al buscarlos resultaba que los que no encontraban el camión eramos nosotros: Ish, Jorge y yo, ya arriba y rumbo a nuestro nuevo destino comimos: Atún, cabe mencionar que a mi no me gusta nada que provenga del mar, pero el hambre y la brujez hacen que uno coma...
















                                                                                                                                                                     






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